martes, 2 de junio de 2009

El Presidente Democrático

Después del incierto año de 1994, cuando la sociedad mexicana se cimbró con el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que opacó la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, y con el asesinato del candidato priísta Luis Donaldo Colosio Murrieta, decidió votar por la continuidad y estabilidad que ofrecía Ernesto Zedillo Ponce de León.

No habían pasado treinta días de que tomó posesión Zedillo de la presidencia, cuando sobrevino una nueva crisis sexenal, la del "Error de Diciembre": hasta entonces la peor que había sufrido el país en toda su historia. Crisis que continuó durante 1995 y que es recordada por el FOBAPROA. También se recuerda la lucha de El Barzón, el encarcelamiento de Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente, entre otras cosas no gratas. Por ello, en las elecciones intermedias para renovar el poder Legislativo de 1997, la sociedad harta de lo mismo, votó por la oposición. La Cámara de Diputados perdió la eterna mayoría priísta y la capital del país pasó al PRD. El voto de castigo, en busca de un "cambio", perduró en 2000 y el candidato panista Vicente Fox Quezada se hizo de la presidencia.

Al terminar su mandato, Zedillo fue visto por muchísimos correligionarios priístas como una vergüenza para su partido, al permitir la debacle electoral de 1997 y 2000; y al exterior del PRI el nuevo presidente Fox se encargó de autoproclamarse como el estandarte de la democracia. Además, el expresidente Carlos Salinas de Gortari regresó para reivindicarse y liberar a su hermano de prisión, culpando de todo a Zedillo.

A casi nueve años de aquella elección de 2000 cabe replantearse la actuación de Zedillo en aquella jornada electoral. Si bien el marco legal permitía entonces ciertos vicios de inequidad electoral, Zedillo realmente aplicó su dicho de la sana distancia entre la Presidencia y el PRI. Si no detuvo la inequidad del proceso de sus correligionarios, tampoco estuvo al frente de la campaña electoral desde el poder que todos los demás presidentes si han usado a diestra y siniestra.

Reconoció de inmediato la victoria de Fox, aunque su rostro desencajado demostraba que no era lo que hubiese querido. Fue el primer presidente de la era moderna en tener que sentarse a negociar con la oposición en el Congreso para terminar su administración. Y cuando terminó su presidencia se apartó de la arena política.

Que diferencia si se compara con Fox que se atrevió a decir que todo el tiempo estuvo en campaña y que dejó encargada la "silla" presidencial durante seis años, o con la lucha por derrotar antes de las campañas al jefe de gobierno de la capital, Andrés Manuel López Obrador, solo demostrando su incapacidad para dirigir las más altas responsabilidades del país.

Zedillo mostró ser más democrático que los que se proclaman democráticos.